domingo, 6 de marzo de 2011

5) Una vez más, la patria escupe a sus Héroes


Fragmento del Poema "Vámonos patria a caminar, yo te acompaño"

.Vámonos patria a caminar, yo te acompaño.

Yo bajaré los abismos que me digas.
Yo beberé tus cálices amargos.
Yo me quedaré ciego para que tengas ojos.
Yo me quedaré sin voz para que tú cantes


Recuerdo que el primer poema que pude leer de Otto René Castillo fue “Vamonos Patria a Caminar, Yo te Acompaño”. Después de este no necesite mas para darme cuanta de sus idealismos, carácter y actitud, y tal ves sea porque de los escritores guatemaltecos es el que mas me fascina, y con quien mejor me identifico.

El caso de Otto René Castillo es comparable con el de otro escritor mundialmente reconocido, el español Miguel Hernández. Una vez más en estos dos casos somos testigos de cómo los intereses de un sector afectan a su pueblo e incluso a las personas que poseen talento y son artistas independientemente en el campo en que desarrollen su arte.

Miguel Hernández fue condenado a muerte pero sin dar gusto de que lo mataran, ya que antes de la ejecución murió encarcelado de tuberculosis. Fue condenado a muerte luego de haber regresado de haber tomado posiciones de compromiso durante la guerra civil. Al terminar la guerra luego de la victoria del frente popular, fue detenido y condenado a muerte únicamente por tener una visión diferente a la cual poseían los entes gubernativos de su país y fue así como España acabo con uno de sus mejores artistas y poetas, condenándolo como un criminal cualquiera cuando únicamente el delito que había cometido era expresar sus ideales a través de sus actos.

Ahora revisemos el caso del escritor guatemalteco Otto René Castillo, quien fue exiliado durante el golpe de estado a Jacobo Arbenz por estar en contra de dicha acción. Posteriormente ampliaría sus estudios y se iría en otras oportunidades fuera del país por oposiciones o por intereses intelectuales. Castillo se unió al a las Fuerzas Armadas Rebeldes (FAR) durante el conflicto armado interno. Fue entonces cuando fue capturado y torturado hasta la muerte.

Los casos independientemente de la forma de muerte son exactamente lo mismo. Caemos en la incógnita de cómo un país puede acabar con sus artistas sin ponerse a pensar en lo que significan para el pueblo. Cada persona es libre de expresar lo que siente, pero cuando los intereses oligárquicos se encuentran por encima de los de una nación, la razón y la inteligencia se olvidan únicamente por pensar en el maldito poder.

Una vez más nos damos cuenta que aunque digan que estamos regidos democráticamente, parece que con estos actos irracionales nos encontremos en un modo esclavista. Otto René Castillo Y Miguel Hernández provenían de distintas ciudades, distintas formas de conocer y pensar, pero algo tenían en común…El Amor a una Nación, que lo único que hiso fue darles una puñalada por la espalda y destruir la tierra que pudo tener a dos grandes artistas que si por ellos fuera… “Hubieran muerto para que tu no mueras”. Patria.

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